Un intento de recuperar la esencia de las películas anteriores
Capitán América: Un mundo feliz busca revivir la esencia de las entregas previas del personaje en el MCU. Adopta el tono de thriller de espías que destacó en Capitán América: El Soldado del Invierno, presenta una historia de alcance global similar a Capitán América: Civil War y sigue la línea de una narrativa bélica como en Capitán América: El primer vengador. Sin embargo, a diferencia de estas películas, que equilibraban la seriedad con la emoción y el entretenimiento, Un mundo feliz deja poco margen para la diversión.
Una película de Marvel que pierde lo que hacía especial al personaje

La película sigue los pasos habituales de una producción de Marvel sin aportar novedades significativas. Hay una escena de acción temprana porque así comienzan estas películas, y el cambio de traje de Sam Wilson de blanco a azul marino parece responder más a la necesidad de vender productos que a una evolución del personaje. A pesar de presentarse como una historia de Capitán América, la película parece haber perdido los elementos esenciales que hicieron icónico al personaje y su universo.
Lo que queda es una típica producción de Marvel, con abundantes efectos generados por computadora y referencias al MCU, pero sin la profundidad que hizo destacar a sus predecesoras. Aunque Sam Wilson es un Capitán América distinto a Steve Rogers, la película parece recordarlo solo cuando usa sus alas en escenas de acción, mientras que en el resto de la historia se le presenta como una versión poco inspirada de su predecesor.
Un elenco sólido que trata de salvar la película

El reparto es uno de los aspectos más destacados, con Anthony Mackie aportando carisma a Sam Wilson. Sin embargo, el personaje se muestra tan reservado que pierde el dinamismo que lo hizo destacar en otras apariciones dentro del MCU. La película no logra amplificar sus mejores cualidades, resultando en un protagonista plano y sin desarrollo.
Por otro lado, el presidente Ross, interpretado por Harrison Ford, recibe un desarrollo más profundo, explorando su lucha interna entre mejorar como persona y su temperamento explosivo. Ford entrega una actuación convincente y logra dotar a su personaje de emoción y peso narrativo. Su transformación en Hulk Rojo es visualmente impresionante, aunque el fondo de cerezos en flor en una escena clave luce artificial debido a un uso excesivo de pantalla verde.
Una muestra de los problemas actuales del MCU
Un mundo feliz refleja muchas de las dificultades que enfrenta Marvel en la era posterior a Endgame. Aunque se percibe un intento por corregir errores del pasado, el tono excesivamente serio y sombrío le resta dinamismo a la película. Como fan de Capitán América, resulta decepcionante encontrar tan pocos elementos que hagan justicia al legado del personaje. A pesar de las expectativas, la película deja la sensación de ser una experiencia poco memorable.